No
puedo concretar todos los rasgos
con
los que va creciendo el personaje
que
fluye por las páginas del libro
y
busco semejanzas en las voces
de
los que han escrito las palabras del tiempo.
Tengo
de referencia otro hombre conocido,
alguien
que un día tuvo un libro entre las manos
mientras
la luz posaba su fulgor
sobre
las hojas de una fresca higuera.
Recubro
sus perfiles con los ocres
que
tiñeron la tierra de pobreza
en
el siglo pasado. Le comprendo.
Camino
por la tierra que respira
entre
almendros y olivos
creando
la metáfora de un ave luchadora
y
pago el peaje a la inocencia
con
monedas del césar de la realidad.
Aunque
lo sufro en mis propias carnes,
nada
me diferencia
del
color desvalido de las sombras
y
el brillo creador de la naturaleza.
La
verdad sobrevive a cualquier duda
que
nazca de la tierra del silencio,
del
miedo y la tristeza. Bien lo sé.
(La intimidad del pardillo)
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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