lunes, 2 de mayo de 2016

LA FORTALEZA




Hoy recuerdo el olor a cereal
como el aroma primigenio
que alimentó de dicha mis sentidos.
Lo intento completar
con la grata presencia de recuerdos
que el capricho del tiempo recupera
con trasfondo de sueños y costumbre:
los caminos de hormigas, la madera del trillo,
el pajar y la pala de aventar
el grano que peinaba el aire.
También los destellos de la suerte
que a veces permitían descubrir caracoles
puliendo con sus brillos los rastrojos.
Las vivencias esplenden pulpa de oro
sobre la abyecta forma de la infancia,
son nuestra fortaleza,
el lugar al que regresamos
cuando se nos escapa la angustia
por las negras rejillas
de las cloacas del mundo.



(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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