CUESTIÓN
DE VIDA
Durante
aquellos años
que
marcaron su vida para siempre,
pudo
escribir los versos
más
tristes de su mundo.
Su
vieja juventud fue el testimonio
de
quien busca belleza en el silencio,
de
quien observa la agonía
y
el dolor descarnado
mientras
mira hacia el infinito
y
describe al amor como esperanza
para
cambiar las cosas,
o
como bálsamo
que
llene los vacíos de la nada
y
de la soledad,
Pero
cuando era preso
del
más amargo sufrimiento,
ni
sabía escribir poemas
ni
podía llevar a las palabras
lo
que estaba viviendo.
Solo
intentaba concebir
al
deseo y a la dulzura
como
lunas irrenunciables
de
su pequeño mundo.
Ahora,
cuando
pasea por el parque,
ve
en las flores caídas
los
indicios de aquel tiempo ya pasado,
y
en los tallos de los arbustos,
las
garras retorcidas
de
aquellos terribles inviernos
que
helaron su juventud.
Casi
todo es memoria
y
hoy su realidad es otra.
Pero,
en aquellos años,
si
hubiese podido hacerlo,
habría
escrito los versos más tristes
que
un joven pudiese contar.
Sin
embargo, eligió pintar su alma de azul
para
hacer habitable su existencia
hasta
que el amor lo salvase
de
la soledad absoluta.
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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