INQUIETUD
Tras
cada despedida, durante unos minutos,
permanece
en mi boca
el
sabor del trigo maduro
que
me dejan tus labios
hurgando
en las neuronas
como
elixir de vida y rumor de la noche.
La
habitación recuerda todavía
la
urgencia de dos cuerpos
al
desnudarse a tientas
para
olvidar al mundo
y
fundirse en las sombras.
Las
sábanas retienen los abrazos
y
el aroma corpóreo
de
nuestra última búsqueda insaciable
de
las fronteras del infierno.
Pero
el espacio clama por tu ausencia
buscando
compensar el vacío que me dejas
con
el volumen gris de la almohada,
igual
que una metáfora del cuerpo.
El
tiempo va dotando a los objetos
de
una niebla invisible
que
acuna la inquietud de echarte en falta.
Y
transcurren las horas
sin
que pueda notar el sabor dulce
del
cereal que me alimenta.
Tan
solo me consuela imaginar
que
a ti te suceda lo mismo.
(SECRETOS DE AMANTES)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)
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