LOS
LABERINTOS DE MINOS
Detrás
de cada sueño
descubrimos
los laberintos
que
construyó Minos en Creta
como
premonición del desencanto.
Esconden
un toro de muerte
entre
sus callejuelas
que
espera nuestra sangre
igual
que un asesino de la realidad.
Mientras
somos la fábula
de
un comediante iluso,
los
sueños, en su hermoso recorrido,
dejan
un horizonte de futuro
entregado
a la vida que quisiéramos ver.
Y
después, despertamos
como
elegías de una imagen vieja,
resignados
a ser los inquilinos
de
una vida prestada,
prisioneros
del tiempo
en
la realidad que nos pinta el azar.
A
pesar de saberlo,
volvemos
a las calles señaladas
por
el signo de quien amó los sueños
porque
así pensaba que eludía
los
límites concretos de la fatalidad.
No
nos queda otra forma
de
salir de los laberintos
que
condicionan nuestro caminar.
OTRA REALIDAD
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Mariano Valverde Ruiz (c)
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